El 31 de enero del 2020, el gobierno de Italia suspendió todos los vuelos hacia y desde China y declaro un estado de emergencia. En febrero, once municipios en el norte de Italia estaban identificados como los dos centros principales de la epidemia y fueron puestos bajo cuarentena. La mayoría de los casos positivos en otras regiones fueron rastreados a estas dos áreas.
El 8 de marzo de 2020, Primer ministro Guiseppe Conte (Italia) expandió la cuarentena a toda Lombardy, Italia y otras 14 provincias del norte y el siguiente día lo expandió a toda Italia, colocando más de 60,000 personas en cuarentena.
El 11 de marzo de 2020, Conte prohibió casi todas las actividades de comercio menos supermercados y farmacias.
El 21 de marzo de 2020, el gobierno italiano cerro todos los negocios no esenciales e industrias y restringió el movimiento de la gente.
A partir del 23 de mayo de 2020, Italia tiene 57,752 casos activos, el más alto en el mundo. Sobre todo, ha habido 229,327 casos confirmados y 32,735 muertes (una tasa de 542 muertes por millón de habitantes) mientras ha habido 138,840 recuperaciones o despidos.
Para el 22 de mayo de 2020, Italia había probado como 2,122,000 personas. Debido a los números de pruebas limitados realizadas, el número real de gente infectadas en Italia, como en otros países es estimado ser una cuenta más alta que la cuenta oficial.
LAS SEIS POSTRACIONES EN EL CORAZON DE LA IGLESIA
Para entender mejor el trabajo y los frutos de esta misión de adoración y santificación del mundo que adelanta con mucha fe y audacia un creciente grupo de laicos con una clara llamada a la conversión para lograr la paz y el triunfo del amor en nuestra sociedad, y de manera muy particular y urgente dentro de la Iglesia Católica, es menester dejarnos iluminar por la misma sabiduría de la Iglesia manifestada en los documentos del Concilio ecuménico Vaticano Segundo.
En efecto, siendo este llamado a las seis postraciones, un oficio encomendado a laicos en favor de laicos, veamos lo que dice la Constitución sobre la iglesia Lumen Gentium en el número 34 bajo el título consagración del mundo: “Cristo Jesús, supremo y eterno Sacerdote, desea continuar su testimonio y su servicio también por medio de los laicos; por ello, vivifica a estos con su Espíritu e ininterrumpidamente los impulsa a toda obra buena y perfecta.
Pero aquellos a quienes asocia íntimamente a su vida y misión también les hace partícipes de su oficio sacerdotal, en orden al ejercicio del culto espiritual, para gloria de Dios y salvación de los hombres. Por lo que los laicos, en cuanto consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo, tienen una vocación admirable y son instruidos para que en ellos se produzcan siempre los más abundantes frutos del Espíritu. Pues todas sus obras, preses y proyectos apostólicos, la vida conyugal y familiar, el trabajo cotidiano, el descanso del alma y del cuerpo, si se realiza en el espíritu, incluso las molestias de la vida si se sufren pacientemente, se convierten en hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo (1 Pedro 2,5), que en la celebración de la Eucaristía, con oblación del cuerpo del Señor, ofre ofre piadosisimamente al Padre. Asi también los laicos, cómo adoradores que en todo lugar obran santamente, consagran a Dios el mundo mismo”.
El testimonio de adoración y santo temor de Dios que los laicos vienen dando en sus propias familias y en sus comunidades, mediante la práctica asidua de las seis postraciones, ha venido creciendo paulatinamente y ha dado frutos comprobados de conversión en quienes hacen cuidadosamente este ejercicio.
Además se percibe en estas personas el crecimiento de una íntima convivencia sacramental dentro de la iglesia, con una sed y hambre de Dios mediante la práctica frecuente de los sacramentos de la penitencia y de la Eucaristía, y también con la santificación del hogar por medio del matrimonio. En ellos se siente de nuevo a que El clamor de los mártires africanos: sin el domingo no podemos vivir sin la Eucaristía no podemos vivir.
Por su parte, los seis núcleos de oración vocal o mental que acompañan el Ejercicio de las postraciones, establecen una simbiosis entre el cielo y la tierra, entre la Santísima Trinidad y su obra maestra de creación, redención y santificación, que renuevan, reconstruyen y fortalecen una sólida Vida Cristiana en quienes practican este camino de conversión ascendente. Así se cumple a cabalidad la advertencia de los maestros espirituales de la iglesia: en la vida espiritual no avanzar diariamente es retroceder.
En efecto, la primera postración en la que se hace la meditación sobre el Padre y su Obra creadora tiene relación postración en meditas en la que la meditación lleva a contemplar el inicio de la nueva creación que encar Encarnación y se mantiene a lo largo de la historia de la humanidad gracias al prodigio de la Eucaristía, el alimento primordial que renueva todos los días la presencia real de Jesús en medio de sus discípulos y apóstoles hasta el fin del mundo.
La segunda postración va acompañada con la meditación sobre el Hijo Redentor, que al anunciar la buena nueva con palabras y obras, es totalmente obediente a la voluntad del Padre y acepta la muerte, y una muerte de Cruz, abriendo así la relación con la quinta postración que contempla con el renovado asombro del cielo y de la Tierra, Las Cinco Llagas del Señor.
Por último, se la tercera y la sexta postración, La meditación sobre la obra santificadora del Espíritu Santo, El Gran regalo de la Pascua y el constructor de la Iglesia, encuentra en la Virgen María el modelo perfecto de la nueva creatura que para salvar a la humanidad, la discípula y pedagoga, la interlocutora de los seres humanos para aceptar el plan de Dios. Ella, la llena de gracia, a su esposo José, esposo fiel y padre ejemplar, constituyen la última mirada de este ejercicio que en buena hora, miles de hombres y mujeres en todo el mundo vienen practicando diariamente con su humilde y silenciosa posición de postrarse ante Nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Rey de reyes y Señor de señores, presente realmente con su cuerpo, sangre, almay divinidad en la Santísima Eucaristía.
A no dudarlo, el ejercicio espiritual de las seis postraciones a logrado convertir, en humilde y silenciosa plegaria, todo lo que la iglesia ha dicho de sí misma en los ocho capítulos de la Constitución Dogmática Lumen Gentium del Concilio Ecuménico Vaticano Segundo.
Con la aprobación del Señor Obispo de la diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario moronta Rodríguez, en Venezuela, este ejercicio espiritual de las seis postraciones se viene realizando todos los días en la parroquia Cristo Rey de las Lomas, con conversión y crecimiento espiritual y apostólico en nuestra comunidad.